Querido diario, hoy te escribo tempranito porque no quiero tardar. Quiero guardar recuerdos de mi vida. Te escribo para decirte que solo quiero que las cosas mejoren. Me está yendo un poquito mal, pero como siempre, ¡a levantarse del suelo! Todo se va a ir arreglando, cada situación en la que estoy. Sé que no me lo merezco, pero toca aguantar, nomás. Todo sucede de forma inesperada, pero creo que ya me da igual. Ya no quiero nada. Ya no soy la misma de antes, por un momento que pasé.