Pensé que en este mes no Pensé que este año no Pero sí, sí pasó y volví a derrumbarme. Volví a llorar. Esta vez no sé por qué, o tal vez sí lo sé. Es por todo y también por nada, es por querer y pertenecer. Es por sentir y también por no querer perder. Es por amar y también por no soltar. Es por no conocerme como debe ser. No quiero estar en este vaivén, porque mi mente me autosabotea en esta lucha constante. Quiero gritar, sé que van a pensar que estoy loca, por eso lloro en silencio.

Hoy me puedo sentar a la mesa contigo y contarte mi historia, porque lo que ayer fue motivo de vergüenza, se convirtió en un logro personal de resistencia y valentía. Muchos se acercan a ti para señalar tus errores, de la misma manera que se acercan los buitres a lo putrefacto. Y sabes qué, al día de hoy entendí que quien actúa así, refleja más su propia forma de ser y sus propias conductas.

Cuando trabajas en ti y cultivas el amor propio, cambias tu manera de hablarte y la percepción que tienes de ti misma. Dios y el universo te darán aleatoriamente muchas cosas buenas. Las vibraciones de lo bueno, de lo perfecto y de lo excelente se alinearán a tu favor.

En estos días me preguntaron por qué no sabía bailar, a lo que respondí: porque la mayor parte de mi vida la pasé en un salón de clases, más que en discotecas y eventos sociales. Tu entorno, tus experiencias y tu contexto hablan más de lo que dicen tus palabras.

Qué nivel de conciencia tiene un padre o una madre que, a pesar de las diferencias o la separación que hubo entre ambos, no toma al hijo como escudo o arma de batalla, sino que le enseña desde el amor y el perdón que él o ella es su sangre. Las heridas que tiene un niño hoy se convierten en las enfermedades de los adultos del mañana. Cuida a tu hijo hasta de tus propias heridas. No los involucres en una guerra campal, después de todo, eso fue lo que tú elegiste.

No eres tú, soy yo. Soy yo quien no encuentra paz en mis pensamientos, y aunque me estás entregando un trago dulce, todavía no sé cómo pasarlo porque la vida primero me llenó de tragos amargos y todavía los estoy digiriendo. No eres tú, soy yo, quien todavía no me adapto a creer completamente que todo está bien porque solo tengo recuerdos de los momentos no tan agradables. No eres tú, soy yo, quien no termina de creer que me estés diciendo la verdad, porque lo que escuché anteriormente fue pura mentira.

No soy una página fácil de descifrar. Soy difícil de amar, difícil de entender y difícil de encontrar. Si en algún momento de la existencia coincidiste conmigo y encontraste un espacio en mi vida, valóralo, esa oportunidad no llegará dos veces a ti. Porque cuando decido irme, no hay marcha atrás. Esto no lo hago por orgullo, lo hago por amor propio, porque prefiero perderte a ti antes de llegar a perderme a mí.

Te perdono, no porque crea que lo merezcas. Al fin y al cabo, yo no pedí nacer, como tampoco pedí sufrir y, de todas formas, me tocó. Solo escribo esto porque a veces siento que me ahogo con lo que tengo en el pecho, y esta es la única forma de hacer catarsis a este dolor. Perdóname también porque yo tampoco te busco, pero ya no eres necesario para mí. Para la niña que creció sola, sí fuiste necesario. Ahora ya estoy grande y no sé decir "papá, te amo", pues tú nunca me lo enseñaste.

Papá, sé que no vas a leer esto, pero necesito hacerlo. Quiero entenderte, perdonarte y, al mismo tiempo, olvidarte. Ya no quiero esperar nada de ti, porque sé que nunca tuviste nada para darme. Me refiero a cariño. No sé cómo me sentiría el día que te vayas de este mundo. No sé si te voy a extrañar. ¿Cómo puede hacerte falta algo que nunca tuviste, ni sentiste? Hay una niña dentro de mí que idealiza tanto tu presencia, pero sus deseos nunca le alcanzaron, ni para una palabra de amor.

El tiempo pasa tan rápido y todo va a prisa. Ya casi llega ese tiempo cuando soñabas con esos juguetes que nunca llegaron. Hoy tengo para comprar ese juguete, pero ya la sensación no es la misma. Las heridas se curan, pero las cicatrices siguen siendo visibles... Ojalá en este tiempo solo necesitara un juguete.

Las mentes más pensantes fueron las que un día estuvieron más nubladas. Las almas más libres fueron las que un día estuvieron en cárceles espirituales. Los corazones más alegres fueron los que un día cargaron las tristezas más grandes. Las personas más humildes fueron las que recibieron más humillaciones. Quien hoy ayuda a otros a sanar es porque conoce frente a frente la angustia, el dolor y la necesidad.

Estigmatizar el llanto como algo malo es una de las bajezas humanas más miserables. Cuando se llora, se limpia el alma y se libera el espíritu.

De mí no esperen nada. Pasé mucho tiempo de mi vida tratando de ayudar a los demás mientras yo me hundía. Hoy solo estoy sanando para priorizarme. No me interesa que piensen que soy mala o buena. Solo quiero quererme más que nadie en esta existencia.

Cuando maduras, te das cuenta de que tomarte una foto y subirla para que le den ❤️ es la forma de autosaboteo más común en este mundo. Cuando has trabajado tu autoestima, esta no necesita 'likes' ni palabras llenas de halagos para entender que eres hermosa. Porque cada mañana que te levantas y te miras al espejo, estás feliz con la imagen que ves. No esperes recibir de afuera lo que necesitas trabajar desde adentro. Escucha tu diálogo interno y qué es lo que te dices cada mañana para estar bien contigo mismo.

A veces buscamos que todos nos entiendan, cuando ni nosotros mismos nos entendemos, ni nos tenemos paciencia. Hay días en los que sentimos que no todo está bien, y es normal. Abracemos esas emociones también.

¿Por qué dejar de vivir mi vida por lo que piensen los demás? No he visto a ninguno en mi día a día preocuparse por mis cosas. Cuento mis experiencias desde mi punto de vista y soy sensible a las necesidades de los demás, pero no puedo salvar a nadie ni mucho menos agradar a los demás. Los traumas se curan, pero debes ir a terapia o, en su defecto, buscar a Dios.

Te dejo este dato: Nadie le pertenece a otra persona. Somos seres individuales y libres que en la vida coinciden por decisión de Dios; solo las almas son del Creador. Tus experiencias no son transmisibles a otras personas. Cada quien cuenta su experiencia en el baile, según sea la bailada. Lo que para ti fue malo, para otro es bueno; eso ya depende de tu percepción. No creas que porque a ti te fue mal en algún momento de tu vida con alguien, a la siguiente en el turno le va a ir igual.

He cometido errores que me han hecho crecer y me han llevado hasta el punto en el que estoy ahora. En algunas ocasiones dañé a otras personas y otras me hicieron daño a mí. Muchas de las cosas que pasaron, ninguna fue con intención. Todo se dio con el transcurrir de la vida y por las mismas circunstancias. Sé que no hay un borrador para enmendar los errores, pero sí sé que cada caída ha sido con un propósito: el reconocimiento de mi debilidad humana y la multitud de la misericordia de Dios.

¿Qué te hace falta para ser feliz? Solo sé feliz. La felicidad no es la meta; ser feliz es el camino. Vive hoy el aquí y el ahora. Agradecer es un propósito de vida que va de la mano 🤚 con la felicidad. ¡Bendiciones! 💜 ❤️ ♥️

Tienes derecho a vivir y pasar por todo lo que la vida te permita, mientras no te metas en la vida de nadie. Cada quien escribe y reescribe su historia como desee. Y si puedes hacer algo por alguien, hazlo por ti mismo, trabajando de adentro hacia afuera, haciéndote una valoración retrospectiva de lo que ha sucedido a lo largo de tu vida.

No sé cómo estoy hoy. Creo que tengo esa sensación rara en el estómago y un nudo en la garganta. Esa persona que un día fue, ha cambiado. Y me estoy haciendo creer a mí misma que no pasa nada, y en el fondo algo me dice que sí pasa. Pero él me dice que todo va a cambiar y que quiere seguir.

Hoy tengo esa sensación maluca en el estómago y el nudo en la garganta. Podré seguir, pero no sé cómo olvidar... Son tantas cosas.

Quien vivió por interés, sabe que el amor propio y la libertad no tienen precio.

Sí, has hecho de todo e igual sientes que no puedes, te entiendo. El problema no está en el exterior, está dentro de ti. Sanar algo que tú no ocasionaste no es cuestión de un día. Si la vida te da la oportunidad de ir a terapia, no dudes en aceptarla (no somos superhéroes). Aceptar también es soltar y entender que algunos días vamos a trabajar en piloto automático solo porque se debe seguir. Hay muchas cosas por hacer, pero hazte este favor a ti mismo, no te compares y no cambies por complacer.

Me gustaría decirte que no vas a sufrir, pero tú conoces tus acciones y la Justicia Divina te pasará la cuenta de cobro, y en el fondo eso es lo que te da miedo.