No eres tú, soy yo. Soy yo quien no encuentra paz en mis pensamientos, y aunque me estás entregando un trago dulce, todavía no sé cómo pasarlo porque la vida primero me llenó de tragos amargos y todavía los estoy digiriendo. No eres tú, soy yo, quien todavía no me adapto a creer completamente que todo está bien porque solo tengo recuerdos de los momentos no tan agradables. No eres tú, soy yo, quien no termina de creer que me estés diciendo la verdad, porque lo que escuché anteriormente fue pura mentira.