No soy perfecta, lo sé, torpe, sí;
"Pendeja," me llaman, y qué más da.
Confiaba en ustedes, mi familia, mi clan,
pero la traición, como un puñal, me hirió.
Moriré sola, sin amor, sin consuelo,
y en mi ausencia, la dicha florecerá.
Su felicidad, en mi tumba, un velo,
sobre un corazón que ya no podrá amar.