No entiendo por qué nos basamos en el aspecto, y no en la belleza interior que realmente cuenta. Cómo te trata, cómo te habla, esa es la verdad, esa es la belleza que no se pierde, que no se desvanece. La belleza exterior se arruga, se estira y desaparece, pero la interior permanece, es eterna y auténtica. Es raro que no veamos más allá de la superficie, y apreciemos la verdadera belleza que hay en cada persona.

Me sumerjo en pensamientos sobre el mundo, donde cada día que pasa, el amor se desvanece. La pasión se apaga, las personas no sienten, pero a mí sí, me duele esta indiferencia. Soy una persona que vive del amor, que late en mi corazón, que me hace sentir. Pero cada vez hay menos, se escapa de mis manos, y yo cada vez muero un poco más. El amor se aleja, y yo me siento perdido, busco en el mundo algo que me haga sentir. Pero solo encuentro indiferencia y frío, y mi corazón late con tristeza.

Este mundo de hipócritas, que se harta de ayudar al pobre, se conmueve con un animal en redes, pero deja morir de hambre al propio. Lo amarra del cuello bajo el sol, lo deja sufrir sin remedio, y luego se lamenta del pobre, ¡qué ironía!, ¡qué mundo tan raro! Se siente pena por el desconocido, pero se ignora al propio hermano, este mundo de contrastes y mentiras, donde la hipocresía es la norma.

Cuando pienso en confesar mi amor, me aterra la idea de ser rechazado. Que me denuncien, que me griten de miedo, que me miren con asco, como si fuera un error. Hoy me miró una y vi el desprecio en sus ojos, me sentí como un objeto repugnante. Me pregunto qué hice para merecer esto, para vivir en un mundo donde el amor es un crimen. ¿Por qué debo temerle al rechazo? ¿Por qué debo esconder mi corazón? Quiero ser libre de amar sin miedo, pero el mundo me dice que soy un error.

Creo que ser raro es estar maldito, con miradas que te penetran y te juzgan. Me siento como un objeto de curiosidad, un espectáculo para la gente que me rodea. Dejé de salir porque me dio miedo el mundo, el juicio y la crítica constante. Tomé odio a las miradas, a las personas, a mi vida, que se convirtió en un infierno. Me siento atrapado en una cárcel de prejuicios, donde la libertad es solo un sueño. Quiero escapar, quiero ser libre, pero el miedo y la inseguridad me mantienen prisionero.

Mi único acto de amor sería un beso, nunca lo he dado, lo he guardado con cuidado. Pensé en esperar a alguien especial, alguien que valorara mi amor y mi corazón. Pero en este mundo crudo, no hay amor verdadero, solo hay personas que buscan placer y diversión. Mi beso sigue siendo un secreto, un acto de amor que nunca he compartido. Espero que algún día encontraré a alguien, que valore mi amor y mi corazón. Aunque el mundo sea crudo y sin amor, mi corazón seguirá latiendo con esperanza.

Quiero saber lo que es el amor, lo sentía antes, pero ahora es un recuerdo, un vacío que me consume, un espacio en blanco, donde solo quedan deseos carnales, sin pasión ni alma. No hay mariposas en mi estómago, no hay nerviosismo ni emoción, solo un recipiente vacío, sin sentimientos, donde el sexo es solo un acto, sin conexión ni amor. Busco el amor, busco la pasión, busco sentir que vivo, que mi corazón late, pero todo parece vacío, todo parece falso, y yo me pregunto, ¿qué es el amor?

Me siento solo, rodeado de gente, un sentimiento raro, un vacío que me consume, solo entre multitudes, sin conexión ni calor, un vacío eterno que me mata sin cesar. No siento amor por nadie, ni por mí mismo, me preocupa este sentimiento, esta soledad que me envuelve, me siento perdido, sin rumbo ni dirección, un alma solitaria, sin hogar ni refugio.

Las personas son crueles, sin piedad, yo solo busco refugio en mi hogar, encerrado en mi mundo, lejos del dolor, pero ellas me persiguen, sin dejar descansar. Mi alma clama por ayuda, por un respiro, por un momento de paz, sin lágrimas ni dolor, pero el mundo exterior me lo niega, y yo solo quiero dormir, escapar de esta vida

Las personas son crueles, sin piedad, yo solo busco refugio en mi hogar, encerrado en mi mundo, lejos del dolor, pero ellas me persiguen, sin dejar descansar. Mi alma clama por ayuda, por un respiro, por un momento de paz, sin lágrimas ni dolor, pero el mundo exterior me lo niega, y yo solo quiero dormir, escapar de esta vida

Odio mi juventud, me siento rabioso, triste, desamparado, solo y perdido. No sé cómo controlar estos sentimientos, que me consumen y me hacen sentir vencido. Pienso demasiado, mi mente es un torbellino, escucho una voz en mi cabeza que me pregunta sin cesar: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué sentido tiene todo esto?

El mundo me silencia, me dice raro, me odia, me escupe, sin entender, mientras que yo solo veo la verdad, que todos son iguales en su conformidad. Viven iguales, hacen lo mismo, siguen la multitud sin cuestionar, pero yo pienso diferente, yo veo más, y por eso, mundo, me odias.

Tengo miedo, miedo a sentir, miedo a vivir, miedo a enamorarme, el miedo es mi sombra, mi compañero constante, nunca me deja solo, siempre está allí. Abajo de mi cama, en la oscuridad, en el cielo, en el mar, donde mire, el miedo está allí, vigilante y silencioso, mi gran amigo, mi compañero inseparable.

Tengo hambre, un hambre insaciable, una que con comida no se llena, es un hambre rara, una que con dinero se llena, con fama se sacia, pero no se satisface. Pero ¿qué hago yo para saciarla? Solo pasan los días y solo duermo, un sueño sin fin ni principio, un vacío que me consume, sin cesar.

Las voces de mi cabeza, me quiebran, me gritan, me maldicen, son varias, pero solo una es real, mi propia voz, la que me critica, la que me escupe, la que me hiere. Pero estoy llegando a mi límite, cada vez son más fuertes, más claras, siempre dicen lo mismo, un eco sin fin, "Debes morir, mátate", un grito que me consume

No hay una forma de morir sin sentir, donde solo caiga, sin dolor ni miedo, sin tristeza, ni alegría, ni rabia, solo morir, solo caer, solo desaparecer. No dejar rastro, no dejar pasado, ni presente, ni futuro, solo el vacío, un silencio eterno, sin eco ni resonancia, donde la existencia se desvanece sin ruido.

La vida es como un foco, Cada vez que lo prendes, se va gastando poco a poco, Su brillo se desvanece, su luz se apaga, y el mío, lamentablemente, está llegando a su fin.

“La Reflexión Solitaria” En la soledad, nos hacemos la misma pregunta: ¿Cuál es el sentido de mi vida? Y después de horas de pensar, la respuesta es clara: Es solo vivir, respirar, sentir, amar. No pensar, sino sentirte vivo. Saber que cada momento que pasas respirando es bonito, porque hay otros que ya no pueden ni respirar. Agradecer hasta lo más mínimo, porque vivir es bonito. Cada instante es un regalo, una oportunidad para sentir y amar.

Odio a aquellos que creen ser los únicos en sufrir, cuando hay niños, mujeres y ancianos que padecen hambre y desamparo. Vagan sin rumbo, atrapados en la espiral de las drogas y la desesperanza. Sé que también tú estás pasando por un momento difícil, pero eso no te da el derecho exclusivo al sufrimiento. La vida es un camino de pruebas y tribulaciones, y lamentablemente, es así hasta el día de nuestra muerte.

Soy una persona distante, así me lo dicen las voces, que hablan sin sentido, pero que con el tiempo se vuelven sabias. Hablan de muerte y liberación, de dejar atrás este mundo y encontrar la paz. Me dicen que la muerte es bonita, que ama a todos por igual, sin importar la forma ni el físico, solo ve el alma, la esencia. Es raro, pero hay algo bello en esto, en la idea de que la muerte nos iguala, nos libera de las cadenas de la vida, y nos permite ser libres.