Las voces de mi cabeza,
me quiebran, me gritan, me maldicen,
son varias, pero solo una es real,
mi propia voz, la que me critica,
la que me escupe, la que me hiere.
Pero estoy llegando a mi límite,
cada vez son más fuertes, más claras,
siempre dicen lo mismo, un eco sin fin,
"Debes morir, mátate", un grito que me consume
