Este mundo de hipócritas,
que se harta de ayudar al pobre,
se conmueve con un animal en redes,
pero deja morir de hambre al propio.
Lo amarra del cuello bajo el sol,
lo deja sufrir sin remedio,
y luego se lamenta del pobre,
¡qué ironía!, ¡qué mundo tan raro!
Se siente pena por el desconocido,
pero se ignora al propio hermano,
este mundo de contrastes y mentiras,
donde la hipocresía es la norma.
