Cuando me enamoré, prometí que pelearía por ti hasta el último minuto de nuestra historia.

Y desde ese momento dije: quiero estar con él/ella toda la vida.

Mi juramento era no enamorarme, pero llegaste tú y lo pusiste en duda.

No sé qué me pasa. ¿Acaso me hiciste un endulzamiento? Porque no puedo dejar de pensar en ti.

Si no te sientes así, deberías reflexionar, ¿no crees?

¿Si te comparas con otros, cómo podrás vivir en paz contigo mismo?

¡Wow, qué belleza! Estás leyendo esto. Nunca te había visto por aquí, eres muy hermoso/a. Deberías tenerlo en cuenta.

Las acciones no son un resorte, no se pueden revertir.

¿Sufriste, pero ahora se lo haces a los demás? ¿Acaso quieres volver a sufrir el doble de eso?

¿Y qué? ¿Y qué si te critican por tu forma de vestir? ¿Y qué? Si te dicen que no eres bonito, ¿y qué? Si se burlan de tu región u origen, ¡que te resbalen todos los dilemas de los demás hacia ti! Al fin y al cabo, tu palabra es la única que importa.

Sabes algo? Entre todas las sonrisas del mundo, la tuya es la más bella.

aunque se vaya la luz del mundo, tú siempre brillarás para mí.

Cierra los ojos, respira profundo. Ahora repite: "Soy suficiente", "Me valoro", "Tengo belleza propia". Dilo con seguridad, sin rodeos.

Cuando dudes de algo que vayas a hacer que te dé pena, piensa: "La vida es una, y disfrutaré cada segundo de ella".

Júntate con quienes te aman como eres, no por como deberías ser.

La maldición de las lectoras: enamorarse de personas que nunca serán reales, tener expectativas sobre vivir una escena parecida.

Cuando una puerta se cierra, otra se abre, creando caminos que aún no ves.