Que no teníamos nada, pero al llegar a un lugar y recapacitar, sobre todo, algo empezó a sonar en el fondo, como si algo empezara a romperse dentro de mí, y al notar, empezaron a salir lágrimas de mis ojos y sentí que todo lo que me mostraba o había sentido era una mentira, así que muy, muy dentro de mí algo muy valioso se había roto, como cuando una copa toca el suelo después de arrojarla.