Recuerdo los días de alegría, esos días en los que me abrazabas y reías, esos días en los que ambos éramos felices. Hoy en día ni siquiera eres capaz de hablarme o verme a los ojos. No sé qué ha pasado, pero aún te amo y lo seguiré haciendo porque prefiero seguir sufriendo que dejarte ir, porque si te vas mi corazón morirá, porque sin ti no podría soportarlo, porque a tu lado no me importa lo demás.