Ellos estaban perdidos,
y no hay dónde poder encontrarlos;
tal vez en el tierno tacto,
en el calor de su piel al rozarse,
o en el frágil hilo de su ilusión
que amenaza con romperse.
Esa conexión que ellos creen tener
es un simple viento a la deriva,
sin rumbo ni dirección.
Y en lo más cercano a este sueño,
uno de los dos elige un camino,
opuesto al del otro.
