Con mis penas transpasar el suelo contándole a los muertos lo injusto de la vida, ellos sin pedir ni una gota de vida, abrazándome como si hubiera estado siempre. Sacarme este sentimiento, salir de mi, sanar mi cuerpo contaminado, gritar desde abajo esperanza para volver a vivir.

Creer con inocencia que las promesas son pacto para después darme cuenta que solo son palabras sueltas. Dar por hecho el entierro de estos sentimientos, Aceptar la cruda verdad de que no todo es para siempre Y comenzar a florecer sin ti.

Dije Adiós sin querer hacerlo, sin pensar que mañana seríamos desconocidos Sabía lo que ibas a decirme, como cuando las nubes grises anticipan la tormenta Y me arranco la ropa porque el corazón no puedo.

Somos especiales pero la sociedad se Encarga de borrar nuestro brillo, logrando así Borrar nuestra esencia, lo que nos hace ser nosotros. Somos muertos andantes cumpliendo espectativas ajenas.