La facilidad que tiene el ser humano para ser sombrío es asombroso y a la vez, eso puede causar temor. Ni hablar de las manifestaciones demoníacas, eso puede ser aún más aterrador. Digo "puede", reflejando incertidumbre porque nada de eso es equiparable a meterse con un hijo de Jehová. Por qué tener miedo, si la luz vence a la oscuridad y Satanás huye al escuchar el rugido del León de Judá..