Todos buscamos la felicidad, pero a menudo ese vacío en nuestro corazón es la ausencia plena de ella. En etapas desesperadas, nos esforzamos por encontrarla, pero no somos capaces de alcanzarla. Y en ese empeño, terminamos muriendo sin conocer la felicidad eterna, solo experimentando una felicidad pasajera y dolorosa que podría tener el nombre de cualquier cosa.