Duerme. La muerte sale y disfruta de la violencia de la noche. El número 13 es mío. A mis pies encontrarás restos humanos de diferentes géneros y clase social. Nadie escapa. Ni el viejo ni el rico. La guadaña va conmigo. Puedo ir a caballo, a veces pisando fuerte o con paso delicado. Ya sabes que llegué.
Hago tanto…
y aun así, solo notan lo que no hice.
Estoy cansada,
rota por dentro,
y aún me piden más.
No soy una máquina de favores,
soy un ser humano que también se cansa,
que también necesita un “gracias”,
que también merece ser vista.