Mi día es una pelea constante con mi mente.
Me gustaría poder desenchufarla y quedarme en completo silencio, con la mente en blanco.
Siento que estoy constantemente cayendo en ese pozo, rasguño las paredes y es en vano, no vale para nada el esfuerzo que hago.
Caigo como las lágrimas caen en mi rostro día a día.