El carácter no se descubre en la comodidad, sino que se forja en el fragor de la adversidad. Es esa roca silenciosa la que sostiene nuestro verdadero éxito y alimenta una sabiduría perdurable.
El éxito no es un destino al que se llega de un salto, sino la suma de pasos diarios, la resiliencia en cada tropiezo y la sabiduría adquirida en cada nuevo amanecer.
La verdadera medida de tu sabiduría no es cuántas respuestas conoces, sino cuántas preguntas te atreves a hacer, y cómo cada una moldea tu carácter en el camino hacia el éxito.