Aburrida estoy, de mí, de ustedes,de este eco que grita culpas que no entiendo.
Cada esquina de esta casa me acusa,cada sombra me culpa por el viento.
Dicen que soy la razón del desastre,la chispa que incendia lo ajeno, lo nuestro.
Pero qué fácil es cargar mi espalda,mientras sus manos se lavan en silencio.
Si ser mala hija es no aguantar cadenas,
si querer huir es buscar respirar,entonces prefiero perderme en el mundo,
que seguir atada a un eterno pesar.
Lejos quiero irme, donde nadie me nombre