La verdadera riqueza no se mide en lo que posees, sino en lo que cultivas dentro de ti: resiliencia ante la adversidad, gratitud por lo pequeño y la capacidad de amar sin condiciones.
No busques atajos hacia tus sueños; construye el camino con la dedicación de cada paso. En ese esfuerzo, forjarás un carácter indomable y la sabiduría de tu propio proceso.
El pasado no define tu presente ni tu futuro, a menos que se lo permitas. Tu poder reside en el aquí y ahora para escribir la siguiente página de tu historia.
La verdadera fortaleza de tu carácter no se mide en las grandes batallas que el mundo ve, sino en las victorias silenciosas que ganas contigo mismo cada día.