La verdadera fortaleza de tu carácter se revela no solo en lo que haces, sino en cómo eliges responder a lo que te sucede. Ahí reside la clave de tu sabiduría y el motor de tu éxito.
El mayor riesgo no es fallar, sino no atreverse a intentarlo. El fracaso es solo el camino a un aprendizaje más profundo, la inacción, la verdadera derrota.