No hay montaña tan alta que no puedas escalar si persistes un paso a la vez, y ninguna derrota tan grande que no pueda convertirse en sabiduría para tu próxima victoria.
El verdadero carácter se forja no solo en cómo te levantas de la caída, sino en la sabiduría que adquieres para evitar los mismos tropiezos en el futuro.