No es el tamaño de la montaña lo que importa, sino la determinación con la que decides escalarla. Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la cima que mereces.
No es lo que haces ocasionalmente, sino lo que haces consistentemente, lo que define tu carácter y te lleva al éxito. Cada pequeña elección es una pieza más en el mosaico de tu sabiduría.
El conocimiento sin acción es inútil. La verdadera sabiduría se manifiesta al transformar lo que sabes en lo que haces, construyendo tu éxito paso a paso y afirmando tu carácter.
No dejes que el miedo a fracasar sea mayor que la emoción de intentarlo. Cada intento fallido te acerca un paso más a la victoria que te está esperando.
El verdadero éxito no es un destino, sino un reflejo constante de tu carácter, la sabiduría que aplicas y la motivación que te impulsa a crecer con integridad. Es el viaje, no la meta.