Acepto mi alma, mi corazón y mi piel,
tal como soy, sin máscaras ni fingir.
Me amo en mi imperfección, en mi debilidad,
me amo por ser yo, única y auténtica.
No busco la perfección, no busco la aprobación,
me basta con ser yo, con mi corazón en acción.
Me amo, me acepto, me valoro y me respeto,
y en este amor propio, encuentro mi libertad y mi paz.