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Antes de mover montañas, aprende a mover tu propia mente.

La verdadera grandeza no está en nunca caer, sino en levantarse con más sabiduría y fuerza cada vez que caes.

Las batallas más importantes se libran en el silencio de nuestra mente. Véncelas ahí primero y el mundo exterior cederá a tu voluntad.

La paz no es la ausencia de problemas, sino la presencia de la calma en medio de ellos.

Aprende a leer las señales emocionales de los demás

La vida y sus extrañas formas de enseñarle a uno que los planes pueden cambiar de la noche a la mañana.

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. Heb 11:1

Sé como el artista, traza tu propio estilo único sin desviarte.

No es lo que haces ocasionalmente, sino lo que haces consistentemente, lo que moldea tu destino.

Nunca se puede llegar a conocer del todo a una persona: algunas te sorprenden, otras te decepcionan.

El verdadero progreso no es ir más rápido, sino ir mejor. Aprende a detenerte, observar y crecer con cada paso, no solo a contarlos.

El mayor error no es cometer uno, sino dejar de aprender de él. La verdadera sabiduría reside en la corrección, no en la perfección.

En la mayoría de los casos, el trabajo duro lo completaron otros mientras ellos pasaban el rato y se llevaban el mérito.

“La verdad es raramente pura y nunca simple”.

Tienes que saber adaptarte y aprender de cada situación.

Un verdadero líder inspira confianza durante una tormenta

La dificultad no es un castigo, sino una oportunidad para descubrir tu verdadera fuerza.

La riqueza no está en la cantidad o en el brillo que se posea. Es algo más simple y básico, que yace en un nivel más profundo que la propia humildad.

La verdadera libertad no es hacer lo que quieres, sino no tener que hacer lo que no quieres.

Quien vivió por interés, sabe que el amor propio y la libertad no tienen precio.

La persistencia es la hermana gemela de la excelencia. Una es una cuestión de cualidad, la otra de tiempo.

El verdadero aprendizaje sucede cuando te atreves a cuestionar tus propias certezas. Solo así, el espacio para crecer se vuelve ilimitado.

Solo Confía

La verdadera riqueza no es lo que posees, sino la paz que encuentras en lo que ya eres.

No puedes ganar a no ser que aprendas a perder.