Una taza de café y un pedazo de pastel,
Escribiendo versos a la mujer que amo,
Sus miedos me motivaron a ser mejor,
A querer protegerla.
Hoy desperté con el miedo a perderla algún día,
Deseo ser su héroe, limpiar sus lágrimas y animarla a levantarse.
Ella me dio todo lo que necesitaba, me anima en mis peores momentos y nunca me abandona.
Hoy desperté con ganas de hacerla feliz,
De decirle que la amo,
De abrazarla y agradecerle por todo lo que ella hizo por mí.
Te amo, madre...