La verdadera grandeza no está en el aplauso del mundo, sino en la calma convicción de tu carácter, forjado dÃa a dÃa con sabidurÃa y la constante motivación de ser mejor.
La verdadera fortaleza de tu carácter no se mide en tus victorias, sino en cómo te levantas de tus derrotas y en la humildad de aprender de cada caÃda.